Regreso a Linux
La noche del día 16 del mes pasado instalé Fedora 42 en mi PC de escritorio y estoy muy satisfecho con mi decisión aunque los problemas no han faltado.
Mis comienzos
No soy nuevo en Linux, mi historia con estos sistemas operativos se remonta a hace ya varios años cuando instalé Ubuntu 18.04 en una vieja laptop que usaba para la universidad. Ha pasado bastante tiempo desde entonces y no puedo recordar cuánto tiempo duró esa aventura, pero sí sé que regresé a Windows por el mismo motivo que muchos, no me terminé de adaptar a Linux y la falta de cierta suite ofimática propietaria además de otro software que requería instalar durante mi carrera universitaria solo estaba para Windows.
De hecho, no estoy seguro de cuántas veces instalé distros para probar durante el tiempo que estuve en la universidad. Recuerdo un período en el que incluso ya había pasado cierto flujo de trabajo a Linux más allá de mis tareas escolares, como por ejemplo los videojuegos. Sin embargo, siempre terminaba volviendo a Windows, muchas de esas ocasiones por frustración al no poder hacer que Linux corriera software de Windows y otras tantas por romper mi sistema.
Con el paso de los años y mi experiencia acumulada decidí dar el salto de nueva cuenta a finales de mi carrera. No estoy completamente seguro de cuándo comenzó ese período, lo que sí sé es que para mi penúltimo semestre ya estaba usando Zorin OS de forma principal en aquella vieja laptop. Aún conservaba una partición de Windows porque de nuevo, necesitaba software que solo podía correr ahí, pero sabía que en cuanto terminará la universidad esa necesidad se iría y podría deshacerme de ella.
En ese penúltimo semestre tuve una asignatura donde vimos una pequeña introducción a Linux y yo me sentí como pez en el agua. Fue muy grato para mí poder ayudar a mis compañeros a resolver sus dudas, además de que me elevó mucho el autoestima (y el ego un poco) mi profesor al recibir sus elogios.
Mi cambio a macOS
Ese período de uso de Linux llegó a su fin cuando me compré una Macbook Air M1 alrededor del Q2 del 2023. Jamás en mi vida había sido usuario de dispositivos de Apple, sí que había llegado a probar iPhones de familiares y amigos solo por probar, pero nunca como dispositivo personal. Diría que ciertas circunstancias se dieron en ese momento, como que Apple había cambiado a ARM y que había mucho hype desde 2020, además de que por ese entonces conseguí mi primer trabajo como desarrollador, así que decidí hacer ese cambio.
Siempre había tenido una fascinación con lo bien que se ve macOS, tanto así que creo que es una de las razones por las que preferí GNOME por sobre a cualquier otro entorno de escritorio en Linux. A mí parecer Apple siempre se había caracterizado por tener una línea de diseño para sus productos muy bien pulida, al menos en apariencia y antes de Liquid Glass.
Para mí fue una gran desilusión ver lo mal que estaba el sistema de manejo de ventanas en macOS. El botón de cerrar apps en realidad no cierra las apps (no la mayoría de veces). El botón de maximizar es en realidad un pantalla completa que crea una instancia en un nuevo escritorio virtual (bastante desagradable para mi gusto). El botón de minimizar sí que hace su trabajo (faltaría menos). El hacer doble clic en la barra superior de una app la maximiza, bueno, algunas veces, otras tantas solo lo hace de forma vertical y tú manualmente tienes que arrastrar las orillas para que ocupe el espacio horizontalmente como tú deseas. Al hacer Alt + Tab para moverte entre aplicaciones no tienes manera de hacerlo entre distintas ventanas de una misma aplicación, por lo que estás forzado a abrir el overview de apps con los gestos en el trackpad o con el atajo de teclado.
Muchos de estos problemas los arreglé con un programa para el manejo de ventanas, pero lo sorprendente es que el comportamiento por defecto sea tan deplorable. En verdad no me explico como es que esto siga así, no digo que lo tengan que hacer exactamente igual como en Windows o muchos DE en Linux, pero al menos que haya consistencia entre las acciones (solo hay que ver el gesto no universal de retroceder en el iPhone).
Podría hablar de las cosas que sí que me gustan de macOS y para mí personalmente son mejores que lo que podemos encontrar en Linux, pero eso lo dejaré para otra ocasión.
Regreso a Linux
En mi día a día uso software open source para trabajar (desarrollo de software), por lo que al menos por esa parte no tenía ningún inconveniente de regresar a Linux. Del lado del entretenimiento la verdad es que tampoco tenía mayores inconvenientes, con un navegador web y mis juegos de Steam estoy más que cubierto.
En realidad no hay prácticamente nada que me ate a usar mi Macbook, más allá de los momentos en los que necesito trabajar fuera de casa, pero en cuanto a software no. Y si agrego que Apple como empresa no me agrada en lo más mínimo, además de lo mal que lo están haciendo últimamente por el lado del software, regresar a Linux para mí solo era cuestión de tiempo.
He estado usando Fedora 42 durante un mes y no hecho en falta para nada macOS. El único detalle puede ser el hecho de que estoy atado a usar mi PC de escritorio, pero estoy bien con ello, sigo teniendo la portabilidad de mi Macbook. Aunque eso sí, creo que nunca volveré a comprar ningún producto de Apple.
De manera más personal y dejando de lado los temas técnicos, quiero decir que me siento mucho más afín con el Open Source que con grandes empresas como Google, Apple o Microsoft. No estoy para nada peleado con usar software privado, mientras la empresa o entidad que este por detrás no nos falte el respeto a los usuarios. Y es por eso que estoy aquí, me siento muy cómodo usando Linux y no pienso volver a cambiarlo como mi sistema operativo principal.